MISIÓN

Tratar de alcanzar el balance necesario entre la fe y la ciencia, esto es, impulsar el
desarrollo académico de la institución y, al mismo tiempo, constituirla como un centro de inspiración cristiana.
Descuidar el aspecto académico, mientras se impulsa la vivencia de la fe, resulta un caos ya que, ciertamente, ningún padre de familia inscribiría a su hijo en una institución anticuada y deficiente, por esta razón, debe darse el balance más adecuado, a fin de mantener vigente la misión educativa del instituto.
En la actualidad, la creación de nuevas instituciones educativas, ha puesto en riesgo la estabilidad de los colegios católicos, porque la competencia es mucho mayor, sin embargo, esto debe impulsar a las instituciones católicas para que, de manera honesta y transparente, puedan incursionar en el campo de las grandes competencias, esto es, saber dar una oferta educativa que sea congruente con la realidad de cada lugar. No se trata de buscar poder o de conseguir exageradas sumas de dinero, sino de mantener vigente la misión, a través, de programas que sean congruentes con las necesidades actuales.
Ahora bien, es un hecho que, si una institución católica pierde su vocación cristiana, no sólo traiciona sus ideales, sino que termina por afectar a la sociedad pues, ante la ausencia de valores, los colegios católicos tienen una importante misión que cumplir.
No se trata de imponer la fe, sino de saber proponérsela a los alumnos para que ellos, con base a su libertad, puedan asumirla y hacerla parte de su vida familiar, social y laboral.